Queridos Reyes Magos, dos puntos,
Así es como empiezan todas las cartas que mayores y niños os dirigimos y en las que volcamos muchas ilusiones, grandes caprichos
de buen conformar con cosas pequeñas y sobre todo la esperanza de tener una sorpresa que nos alegre el día.
Y en este modesto blog no íbamos a ser menos, al contrario. Este año con más
énfasis sois más magos y más de Oriente que nunca (que para algo seguimos siendo rebeldes, Majestades, fieles y orgullosamente rebeldes de Vuestras/Nuestras Majestades). Carácter obliga, como os podíais suponer.
Esta carta es ambiciosa. Pido mucho con la esperanza de recibir todo lo que se pueda. No tengo muchos sitios en los que dejaros pedido y en casa sólo hay 2 zapatos
en los que dejar paquetes, pero creo en vosotros y como vuestra magia es tan infinita como misericordiosa, año tras año con ilusión renovada os espero. Con doloroso y nostálgico recuerdo pero con simpatía, nervios,
ilusión y una sonrisa, que es como ha de esperarse a tan ilustres visitantes.
(Al margen de la economía, no creo que os nieguen en ninguna casa una copita de licor para combatir el frío ni pan
y agua para los camellos.)
Empiezo con las peticiones,
Para empezar una hucha en todas las casas en las que haya abuelos,
enfermos, niños pequeños… Para ir metiendo en ella monedas y sacarlas cuando haya que ir al médico. La salud obliga a vaciar bolsillos diligentemente y hacer revisiones completas antes de ir a la lavadora. Las monedas pequeñas
han recobrado la importancia. Las “vueltas” del pan han de invertirse en la receta.
Quisiera pedir también que los programas electorales en vez de en folletos se imprimieran en versión
“Tabla de Moisés”, a ver si así conseguimos un obligado cumplimiento de la mayoría de las ofertas políticas. Ya sabemos que siempre se peca obviando alguno, contamos con ello, pero con la seriedad que implica el formato
a lo mejor conseguimos más.
Que los días tengan una hora más. Una especie de “hora feliz” pero feliz de verdad. Una hora auténticamente nuestra que poder derrochar a antojo.
Descansando, leyendo, riendo, amando… una hora que sea un regalo que diariamente nos hacemos a nosotros mismos. En la que realmente hagamos lo que queremos hacer y no lo que tenemos, o debemos, o suponemos hacer. Un paréntesis personal, intransferible,
no negociable y legítimo. Que nos recargue de energía, de motivación y nos refuerce ante la jornada siguiente. Más que una petición, una necesidad, queridos Reyes.
Tenéis
que dar un toque de atención también a los que incitan a los niños, vuestros principales clientes, a pediros juguetes de “sólo a 199 €”. Sois magos, si, pero la magia ha de bien usarse y en estos tiempos, haceros
responsables de no tener lo que el marketing ha dispuesto como necesario, está mal. Sabemos que esto os incomoda, el no poder dar a todos los niños juguetes caros por muy ansiados que sean es duro y frustrante, pero no es culpa vuestra. Tampoco
de los pequeños. Es de quien busca ganancia por encima de la realidad y a costa de la manipulación despiadada de ingenuas mentes.
Quiero pedir carbón
y no del dulce (tampoco del contaminante, pero que sea malo) para quienes se lo merecen. Empezando por los trabajadores del Metro de Madrid (que no sus hijos) que en un alarde más de los que tanto se hace gala últimamente, anteponen sus ¿¿¿derechos???
por encima de las ilusiones de muchos de veros y haceros el recibimiento que os merecéis. Carbón para ellos y para todos los que de alguna manera se interponen entre vosotros y los niños y no tan niños que esperan horas para
veros, coger los caramelos que vuestros pajes regalan y que aguardan la noche del 5 de Enero para llenarla de sueños y fantasías limpias. No es el momento adecuado ni justo de reivindicar nada. Es una vileza que requiere el tratamiento
correspondiente.
Al hilo de esto quiero reclamar los derechos que algunos exigen de manera impertinente y desafortunada para todos aquellos que no los tienen y aguantan como pueden sin recibir apenas nada, casi
sin ser siquiera escuchados. Y a los que se agotan peleando sin que ello afecte al resto, por cuestiones que más de justicia son de sentido común.
Carbón también para los corruptos, los
especuladores, los ladrones de traje caro y maletín clandestino, los voceras falsos y los mediocres mesías que manipulan sin solucionar y que engañan a gentes sencillas y vulnerables.
Como ejercicio de humildad público y obligado debo pediros también tolerancia y comprensión para aquéllos con los que se debe tener y a los que se las negamos porque ya todo es confusión
y desconfianza. Os pido Majestades ayuda para entonar el “mea culpa” que nos corresponde.
Os pido encarecidamente salud.
También que fortalezcáis
la esperanza y los caracteres para enfrentar retos y contrariedades. Templanza, prudencia, disciplina…. toda la suerte de virtudes teologales y cardinales en el sentido más “civil” de las mismas que es a su vez el más
espiritual y coherente con la vida.
Y reconociendo mi egoísmo por las peticiones, termino mi carta, queridos Reyes.
Resumiendo, haced lo que podáis, que la intención viniendo de vosotros ya cuenta. Dad prioridad a lo que realmente la tiene, urgencia a la intervención que haya de ser verdaderamente inmediata y la solución más adecuada
en cada circunstancia.
Y sobre todo, con huelga o sin ella, seguid viniendo todos los años. Seguid siendo los culpables de que la noche del 5 de Enero sea la más especial del calendario. Obligadnos
a creer en vosotros porque existís y sois una preciosa fuente de esperanza.
Os quiere,
n.
PD.- Si al año que viene va mejor lo de la crisis ya hablamos de la Harley Davidson, os parece?
Besos.