Madre mía, maaaaaadre mía…. Cómo se estropean los cuerpos con los años.
Por Dios…. Pero esto qué es?
Pero qué pasa? Qué invento es esto? (Sara Montiel dixit)
Descolgamientos, rugosidades, lorzas de aparición súbita, codos de culo de pollo…
Esto tiene que ser asi?
En qué parte de la cadena genética ésa tan larga del ADN pone que nos tenemos que deteriorar así cuando van pasando los años?
Supuestamente salimos bien hechos de fábrica y con una garantía de mantenimiento larga.
Pero llega un día. EL DIA. Y de repente ves cosas insólitas, incomprensibles, inexplicables
y horrorosas en tu cuerpo.
Y NO. Como que NO.
Que yo soy joven, de espíritu joven, que bailo la música actual, que imito a Mark Knoffler tocando
la guitarra, que todavía hay algún obrero que me mira el culo (cada vez menos no por mi culo, sino por la crisis que ya no se construye), que me sigue gustando salir de noche, los vaqueros ajustados, la comida basura y hacer el gamberro.
El problema es que no todo el mundo lo ve así. Pero ése es SU error, no MI problema.
La cosa empieza cuando un niñato de 16 años te dice
“ Señora tiene fuego?” Cómo que señora? Señora era mi madre, tontolaba, mediohecho ,granujiento.
Y un día vas a la farmacia a comprar cuatro tonterías que te
manda el médico por 3 goterillas de nada, de éstas que tiene cualquiera a cualquier edad y el simpático del farmacéutico, en un alarde comercial de afabilidad te dice “ Le voy a regalar unas muestras de una crema antiarrugas
buenísima que acaba de salir”.
Y le miras.
Y te callas.
Y lo haces por no patearle la boca y decirle abiertamente
dónde se puede dar él la crema.
Y otro día vas a Zara, porque todavía y por muchos años, puedes seguir comprándote ropa de Zara, porque te gusta, te
vale, cabes y éste es un país democrático donde te puedes poner lo que te dé la gana, y la tienda está plagada de compradoras de veintitantos, talla 38 y con unos taconazos con los que es material y físicamente imposible
salir de compras. Que no es normal que aguanten con eso puesto.
Otrosí digo: y el día que por hacer unas risas te da por asomarte con amigos de tu quinta a una discoteca pseudo-after
hours que está plagada de jovenzuelos? Y te vas a la pista a bailar. Y se te quedan mirando. Y de repente oyes: “Que fuerte la yaya, no?”
Quisiera
reivindicar todos estos desastres físicos que aparecen con los años, pero no tengo fuerzas. La verdad es que tengo depresión.
Depresión e instintos asesinos hacia todos aquéllos
que consideran que soy “una señora mayor”, que mi cuerpo no está para el lucimiento ante masas y que ya no puedo hacer según que cosas porque ya no tengo edad. A lo mejor todo esto es verdad, pero me resisto. Y viene el contrasentido:
Me rebelo ante la impresión que causo pero me hundo al escucharla. Y la balanza, según los días y las hormonas (que de éstas ya hablaremos), se inclina hacia un lado o hacia otro.
Porque,
vale, ya no tengo 20 años, pero quién me dice que ya no estoy para casi nada? Publicitarios que venden carne joven? Ni-nis que tendrían que empezar a mirarse ellos mismos y darse vergüenza propia y ajena? Perroflautas con rastas,
que si vas peinado y limpio te consideran una “Lomana”? Hombres que me ven a mi mayor pero que no son capaces de verse los zapatos de la barriga que tienen? Y con pelos en las orejas, además, que los tienen y no se los quitan.
Ir teniendo años es una faena, pero además es una injusticia. Todo el mundo te lo recuerda constantemente. Vas al oculista a una revisión y te dice:“Necesitarías gafas de cerca ya.
Con tu edad es lo normal”. Vas al médico por un dolor de espalda: “Un poco de escoliosis, con tu edad es lo normal”. Vas a la peluquería: “ te vamos a dar un baño de color más potente porque cada vez las
canas se te notan antes, lo normal con tu edad”.
A Marujita Díaz qué le dicen?
Mal, MUY MAL.
Caridad por Dios, un poco de caridad.
Si vais a acabar todos igual !!!!
Y ojalá que PEORRR...